Hay escritores que tendemos llevarnos trabajo literario a casa, aunque trabajen de otra cosa en mi caso; trabajo en un CEE, y me dan vacaciones; aun estando de vacaciones mi capacidad creativa se activa y se pone a funcionar para el siguiente libro.
Soy una nómada en vacaciones, que se lleva su libreta de viaje de cuero a sus vacaciones, si amigos la de la foto es muy parecida a mí cuando estoy de descanso.
Nunca me veréis de brazos cruzados, en mi tiempo libre me dedico a trabajar en mis próximas publicaciones.
Esa soy yo, o estoy haciendo un Curso de Formación o estoy corrigiendo con ayuda mi trabajo literario para su pronta publicación.
Aun así, sigo avanzando en futuros libros para seguir publicando, no es una afición sino una profesión, cuando te ficha una editorial, el editor te pide como mínimo concentración, aunque te dé vía libre de publicar aquello que te gusta publicar, si le gusta también a él entonces lo tienes todo ganado.
Cuando publicas tu primer libro y te dan un presupuesto te incluye entrar en el registro de la propiedad intelectual, incluye los derechos de autor en otras palabras lo que denominamos el copyright.
En cuanto empiezas a vender seas quien seas ya te conviertes en profesional, ahí es cuando entran las envidias de todo tipo sea la persona que seas.
Trabajes en un CEE o en cualquier otro lugar, la gente te mira mal, quiere que fracases, mil cosas aun así, sigues escribiendo y publicando porque es tu medio de vida y tu forma de expresarte das tu don al servicio de la Cultura y de cualquier persona que quiera leerte en este mundo.
No es fácil ser Síndrome de Down ( discapacitada intelectual), tienes que luchar el doble que una persona normal.
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